
Hoy, al salir de casa, justo antes de subirme al coche, algo llamó mi atención en el cielo y tuve la gran suerte de poder contemplar ante mí el vuelo de un cernícalo, cómo se quedaba estático en el aire y descendía a gran velocidad en un vuelo en picado que le llevaba hasta su presa...
En ese instante me di cuenta de que, seguramente, en el día a día nos perdamos miles de cosas maravillosas que suceden a nuestro alrededor, por vivir tan deprisa.
Si pueden, dediquen un ratito del día a mirar las nubes, el atardecer, a su pareja mientras duerme o a sus hijos al jugar... dedique tiempo a estas pequeñas cosas, porque al final serán las que realmente nos llenen de felicidad...
Hagan la prueba.
1 comentario:
....LINDA......muac!
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