«La vida se va dibujando a medida que se vive» por lo que no hay respuestas para todo, ellas son distintas en cada persona, en cada momento y pueden aparecer, o no, antes o después... porque van surgiendo de las experiencias vividas, de los golpes y aciertos de la vida. Pero nos empeñamos en querer tener respuestas de y para todo, porque sino nos sentimos inseguros y esto a veces puede cuestionarnos nuestro día a día.
Es importante que sepamos ciertas verdades sobre nuestra persona, que nos conozcamos a fondo. El problema surge cuando no sabemos cómo seguir viviendo porque no tenemos esas respuestas que necesitamos, y nos abandonamos y, en consecuencia, dejamos de vivir nuestra vida. ¿Y si nunca aparecen esas respuestas? ¿Qué haremos?, porque hay que seguir adelante inevitablemente.
Mi gran miedo y, como ya sabrán seguramente, es que el tiempo va pasando y lo que son segundos se convierten en años, por lo que siento la obligación de aprovechar la vida para ser feliz (¡y no para sufrir!) porque ya no volveré a estar en ella, ya no volveré a permanecer en este preciso instante nunca más, porque las agujas de ese maldito reloj no dejan de girar nunca. No voy a volver a tener la edad que tengo, el día de hoy, sábado seis de marzo de dos mil diez, no lo volveré a vivir más, sé que hay seres que no volveré a sentir a mi lado porque ya no están entre nosotros (a lo mejor debería haberles abrazado un poco más...) y a otros que están, pero que por unos motivos u otros, formaron parte de nuestras vidas y ahora no... o sí, pero por la vida que llevamos, ya no les prestamos atención o las relaciones han desaparecido, por la distancia, las diferencias...¡Hay tantos motivos! También hay personas a las que moriría por besar y abrazar ahora, pero la distancia física o sentimental hace que no estén cerca para hacerlo.
Creo que no hay peor sentimiento que el de arrepentirnos de no haber hecho, dicho o sentido ciertas cosas y darnos cuenta de que ya es demasiado tarde para hacerlas, porque la posibilidad desapareció.
Hay cositas que me hacen feliz, como oír las olas de mar, pasear descalza por la arena y sentir la brisa en mi piel, ver más cine interesante y menos telebasura, pasar tiempo con mi familia, ir al teatro y exposiciones... pero últimamente las tengo abandonadas y no sé porqué. Por lo que, voy a coger las riendas de mi vida y cabalgar marcando mi rumbo en dirección, siempre, hacia la felicidad. Voy a hacer todo lo que esté en mi mano para no dejar de sonreír. El tiempo seguirá avanzando, pero yo no estaré quita para verlo pasar.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
...estás llena de verdad, ojalá pille mis riendas y vuelva a sonreir pronto!muac
Publicar un comentario